Tiempo, espacio y memoria : actualidad de Maurice Halbwachs

Vicente Huici Urmeneta

Cuando el sociólogo francés Maurice Halbwachs murió en 1945 en el campo de concentración de Buchenwald[1], un trágico final eclipsó una vida dedicada a la investigación de nuevos caminos de la ciencia social.

Halbwachs, nacido en Reims en 1877, llevó a cabo diversos estudios sobre morfología social, así como varios ensayos acerca de Leibniz y Durkheim. Sin embargo, como han señalado varios  autores[2], su gran aportación al pensamiento sociológico fue el análisis de las relaciones entre la memoria y la sociedad.

 De hecho, el propio Halbwachs introdujo  la expresión  " memoria colectiva " en la terminología sociológica y la desarrolló  conceptualmente en sucesivas investigaciones. Cronológicamente tres de estas investigaciones fueron publicadas en vida. La primera, inaugural y decisiva -- Les Cadres Sociaux de la Mémoire  -- , vio la luz en 1925. La segunda apareció en forma de artículo de revista en 1939 y llevaba por título " La Mémoire collective chez les musiciens " . La tercera, un ensayo de aproximación empírica de los principios teóricos anteriormente expuestos,  se editó en plena segunda guerra mundial -- en 1941--  bajo el título de  La topographie légendaire des Évangiles en Terre Sainte . Más tarde, cinco años después de su muerte, fueron editados una serie de escritos que se acogieron al título genérico de La mémoire collective .

Se podría preguntar cuales fueron los motivos que impulsaron a Halbwachs a dedicar gran parte de sus esfuerzos al estudio de  la memoria colectiva. Sobre esta cuestión se ha afirmado que Halbwachs se hace eco de una preocupación sobre la memoria que " aparece en una sociedad europea que ha sufrido  la ruptura de su continuidad tras la guerra del 14, a causa de los nacionalismos  hostiles y de una vida económica que acentúa la estratificación y la división " [3]  También se ha escrito que la sociología de la memoria era la única posibilidad de continuidad del último Durkheim[4]. Sin duda, la conciencia de la crisis de identidad europea , que tuvo tantas manifestaciones en el arte y en la literatura durante los años veinte, pudo afectar a un Halbwachs socialista . E igualmente pudo ocurrir que escribiendo Les cadres. . .  Halbwachs iniciara sin saberlo una segunda etapa de la escuela durkheimiana. Pero es posible  que hubiera también un motivo personal y directo: Henri Bergson.

En efecto, Maurice Halbwachs había sido durante siete años discípulo de Bergson, tanto en el liceo Henri-IV, como en el Collège de France y  en la École Normale Supérieure. Durante estos años la influencia de Bergson sobre  Halbwachs había sido tan decisiva que  su madre habla del maestro como del " démon familier " de la juventud del discípulo[5].

Es cierto que posteriormente Halbwachs encontraría en Leibniz una nueva fuente de inspiración y que, ya en contacto con los durkheimianos, optaría decididamente por una disciplina que le habría de llevar hasta  la cátedra de Sociología de Estrasbugo. Sin embargo, puede ser que , a pesar de todo,  sintiera la necesidad de hacer lo que ciertamente deben hacer los buenos discípulos y deben esperar los buenos maestros. Halbwachs debía y podía responder a Bergson y para ello contaba con el dispositivo durkheimiano.

Para cualquier mente inquieta nacida en la Francia de las últimas décadas del siglo XIX, las figuras de Henri Bergson y Emile Durkheim se presentaban como referencias intelectuales  tan inevitables como opuestas.

La obra de Bergson ( 1859 -1941 ) constituía un  brillante[6] desarrollo de la tradición  filosófica francesa, asustada y casi paralizada por la inestabilidad política del " fin de siècle" y los estertores rimbaudianos. La de Durkheim ( 1858 - 1917 ) , por el contrario, se inscribía  en la deriva neokantiana, laica y republicana , muy activa políticamente.

1. Bergson

La cuestión de la memoria ocupa un lugar central en la obra de Bergson y va ligada a una original concepción del espacio y el tiempo.

Según Bergson, los seres humanos conocen dos realidades de orden diferente. Una de ellas tiene un carácter heterogéneo y resulta ser la de las cualidades sensibles: es la realidad de la  durée  ( en adelante , duración  ) .

La duración  es " la forma que toma la sucesión de nuestros estados de conciencia cuando nuestro yo se deja vivir, cuando se abstiene de establecer una separación entre el estado presente y los estados anteriores " [7], es decir, cuando percibe lo que siempre se ha llamado tiempo  como indivisible.

La otra realidad es homogénea y resulta ser el espacio. Esta última realidad está concebida por la inteligencia humana y mueve a realizar distinciones estrictas, a contar, a abstraer y, según el filósofo francés, quizás, también  a hablar.

Para Bergson, " de la comparación de estas dos realidades nace una representación simbólica de la duración , sacada del espacio "  y " la duración  toma así la forma ilusoria de un medio homogéneo " [8] . Es decir, que se proyecta el tiempo en el espacio y , expresando la duración en extensión, la sucesión toma la forma de una línea continua o de una cadena cuyas partes se tocan sin penetrarse.

Dicha representación simbólica de la duración , lo que habitualmente se entiende por tiempo, es una necesidad de la conciencia que , substituyendo la realidad por el símbolo, puede así  satisfacer mejor las exigencias de la vida social y el lenguaje.

La elaboración de dicha representación simbólica de la duración tiene además , para Bergson, otra consecuencia importante: la espacialización de la duración  implica una espacialización general de la vida y así " la mayor parte del tiempo, vivimos exteriormente a nosotros mismos, no percibiendo de nuestro yo mas que su fantasma descolorido, sombra que la pura duración proyecta en el espacio homogéneo " [9] Y esto ocurre hasta tal punto que un segundo " yo " , espacializado y social, recubre a un primer " yo " que vive la duración : " Habría, pues, en fin, dos yos diferentes, de los cuales uno sería como la proyección exterior del otro, su representación espacial y , por así decirlo, social " [10].

La recuperación de la vivencia de la duración  implica, para Bergson, el apartamiento de la vida social ocasionado por la espacialización y  una apuesta por la intuición frente a la inteligencia ya que " pensar intuitivamente es pensar en duración " [11].

Esta caracterización del espacio y el tiempo condiciona notablemente  la concepción bergsoniana de la memoria. Así  como , para Bergson, hay, de un lado duración , constituida por imágenes y aprehensible por una intuición,  y, de otro, espacio y tiempo, constituidos como conceptos elaborados por la inteligencia,  también hay una memoria pura e íntima que se corresponde a la duración  y otra memoria, que denomina memoria-hábito, que se corresponde al espacio y al tiempo abstractos, es decir, a lo social.

Esta última memoria-hábito viene a ser como la punta de un cono invertido que  está en contacto con un plano que sería el presente, siendo el cono la memoria pura. Por medio de esta disposición, la memoria-hábito tomaría de la memoria pura los recuerdos operativos para el presente, adecuándolos convenientemente. Pero , para acceder a la memoria pura, sería necesario apartarse de la memoria-hábito, de las exigencias inmediatas del presente. De alguna manera habría, pues, que desocializarse.

Como se puede observar hay en la propuesta de Bergson un conjunto de elementos -- yo íntimo, duración ,   intuición, memoria pura --  que apuntan hacia una dimensión que muchos coetáneos  consideraron espiritualista.

2. Durkheim

Entre  quienes situaron a Bergson en el ámbito  de los espiritualistas está sin duda Émile Durkheim[12]. Durkheim es un heredero directo de la tradición neocriticista francesa que relativizó el apriorismo kantiano subrrayando la subordinación de la razón teórica a la razón práctica. La influencia neocriticista le viene a Durkheim directamente de Charles Renouvier ( 1815- 1903 ) a quien  el propio sociólogo francés  reconoció como uno de sus maestros[13].

Sin embargo, en relación al tema  del espacio y el tiempo, el rastro neokantiano  parece proceder de su amigo Octave Hamelin ( 1856- 1907 )[14]. De Hamelin se había publicado el mismo año de su muerte la obra titulada Les éléments principaux de la représentation  y  Durkheim tomó de ella  la sugerencia de que el espacio y el tiempo eran conceptos y no " formas a priori de la sensibilidad " como había afirmado Kant. Admitiéndolos pues como conceptos, incluso como conceptos fundamentales -- categorías --, Durkheim intentó formular una explicación sociológica de su origen conceptual  más allá del empirismo y más acá del  mero apriorismo.

Su tesis, apuntada ya en un primer trabajo llevado a cabo con Marcel Mauss en 1903 , formulada explícitamente  en 1912 al final de Les Formes élementaires de la vie religieuse , y matizada en los últimos años de su vida, asevera que el espacio y el tiempo son conceptos construidos como representaciones colectivas. En este punto Durkheim parece optar por un a modo de apriorismo social ya que considera que el espacio y el tiempo, como otras categorías fundamentales del pensamiento, siendo comunes en una sociedad y no pudiendo ser el fruto de una mera elaboración individual , son el producto de la elaboración colectiva, ya que " el único ser pensante por encima del hombre es la sociedad "[15]. Esta tesis supone que en la sociedad hay un " tiempo" y un " espacio" que se imponen para garantizar la vida social y , también , que hay una cierta relación causal entre la organización social  y las concepciones del  espacio y el tiempo.

En cuanto a la cuestión de la memoria, Durkheim, partiendo de la anterior afirmación de la existencia de una conciencia colectiva,  constata que " hay en cualquier sociedad una cierto número de ideas y de sentimientos comunes que las generaciones se pasan  unas a otras "[16], entre ellas las de espacio y tiempo.

Carente, como afirma Merton[17], de una psicología social que explicara  cumplidamente el dispositivo de producción de las representaciones colectivas y obsesionado con la anomia que podría suscitar una relativización de sus tesis, Durkheim  apartó , no obstante, la cuestión del espacio, el tiempo y la memoria de cualquier planteamiento espiritualista estimando que lo que  había  sido tomado como  experiencia de lo sobrenatural podía ser explicado por causas naturales[18].

 

 

3. La propuesta de Halbwachs

Partiendo de las premisas durkheimianas, Halbwachs respondió directamente  a Bergson en la primera de sus obras dedicada a la memoria colectiva.

En ella afirma que lo que denominamos memoria tiene siempre un carácter social ya que " cualquier recuerdo aunque sea muy personal ( . . . ) existe en relación con un conjunto de nociones que nos dominan más que otras, con personas, grupos, lugares, fechas, palabras y formas de lenguaje, incluso con razonamientos e ideas, es decir, con toda la vida material y moral de las sociedades de las que hemos formado parte " [19]. No hay pues, para Halbwachs, dos memorias sino una, y ésta resulta de una articulación social.

Además el carácter social de los recuerdos  se acrecienta en la medida que " podríamos decir que la memoria, en general, depende de la palabra " [20] y  la palabra no se puede concebir más que en el seno de una sociedad. El lenguaje se convierte así en el cuadro más elemental y más estable de lo que ya se denomina memoria colectiva.

Los marcos de dicha memoria colectiva son precisamente , para Halbwachs, el espacio y el tiempo. Espacio y tiempo que se presentan fusionados en unidades espacio-temporales de carácter experiencial y que no son , por lo tanto, meros conceptos, ni , tampoco formalizaciones de duraciones  individuales.. Espacio y tiempo que son construcciones sociales como había supuesto Durkheim y que unifican y ritmifican la vida social.

Así, es por medio de cuadros sociales de la memoria como se puede recordar y , en todo caso, la  razón de la reaparición de los acontecimientos del pasado " no reside en ellos mismos, sino en la relación que tienen con las ideas y percepciones del presente " [21]. Halbwachs recoge aquí, sociologizada , la función de la memoria-hábito de Bergson.

Esta primera obra de Halbwachs  finaliza con unos capítulos dedicados al análisis de la memoria colectiva familiar, religiosa y de clase en los que se insiste en la relación entre la memoria colectiva y la identidad del grupo.

La recopilación de ensayos que constituye su obra póstuma diversifica notablemente lo anteriormente expuesto. La impronta durkheimiana tiende a suavizarse y , paradójicamente, a sociologizarse progresivamente.

En efecto , Halbwachs, tras llevar a cabo un análisis evolutivo de las modalidades de la memoria colectiva, constata  que, en las sociedades modernas, hay  grupos, lenguajes y  espacio-tiempos socialmente diferentes. Este último aspecto se vuelve particularmente significativo , llegando a afirmar que " en todo caso hay tantos grupos como orígenes de tiempos diferentes" y que " no hay ningún [ tiempo ] que se imponga a todos los grupos"[22]  o que  " hay tantas maneras de representar el espacio como grupos " [23].

El resultado de estas constataciones, que Halbwachs describe minuciosamente, le lleva a postular una memoria colectiva que en realidad es el resultado de diferentes memorias colectivas y en la que " la conciencia individual no es más que el lugar de paso de estas corrientes, el punto de encuentro de los tiempos colectivos " [24] .

 

4. Actualidad de Halbwachs

Sin duda los aspectos mencionados de la obra de Maurice Halbwachs pueden inscribirse en el proceso de sociologización de muchos problemas filosóficos planteados por la modernidad y de lo cuales Kant fue  su primer formalizador.

Pero, más allá de  esta dimensión que afecta a la historia del pensamiento sociológico, se podría preguntar por la vigencia de las tesis de Halbwachs. ¿Vivimos en una sociedad que en realidad es un conjunto heterogéneo de sociedades y tenemos una memoria colectiva que es el resultado de diferentes memorias colectivas ? ¿ Qué virtualidades ofrece una situación de estas características ?

Una mera ojeada sobre la vida social no hace sino sancionar el diagnóstico de Halbwachs: vivimos ciertamente en una sociedad múltiple, mucho más heterogénea de lo que  Halbwachs pudo conocer e imaginar. Una sociedad en la que  los tiempos y los espacios sociales son muy diversos y las memorias colectivas muy variadas, por mucho que desde algunos medios de comunicación -- fundamentalmente, la televisión -- se pretenda  una nueva homogeneización.

Probablemente un sociólogo como Durkheim se aterrorizaría ante una situación semejante ya que le parecería la expresión  de una anomia generalizada. Guiado por sus tendencias ortopédicas no vería sino desorden y falta de sentido.

Sin embargo , una mirada atenta permite descubrir virtualidades muy positivas. Quizás , una de las más importantes sea la posibilidad de la constitución de nuevos grupos, la configuración de nuevas memorias colectivas y la realización de nuevas sociologías . El caso más evidente a este respecto lo constituye la emergencia de las mujeres como grupo social, sin duda el fenómeno social de mayor trascendencia en los últimos siglos. Un fenómeno que se ha manifestado en la configuración simultánea de una nueva memoria colectiva nutrida por una historia específica de las mujeres. Un fenómeno , en fin, que  ha permitido la formulación de una Sociología del Género, trastocando notablemente muchos presupuestos sociológicos y abriendo nuevas vías a la interpretación de lo social.

De las tesis de Halbwachs se desprende también la importancia del lenguaje como configurador de realidad y , por lo tanto, de realidad social. El viejo argumento aristotélico del lenguaje como prueba de la socialidad  de los seres humanos  ( " zoon politikon, zoon ejon logon  " ) puede  leerse ahora transversalmente como prueba efectiva de una socialización en la que el lenguaje configura grupo tanto como el grupo configura lenguaje, abocándonos a una disponibilidad y a una libertad impensables en otros tiempos.

Sería deseable que  esta posibilidad de libertad lo fuera también y simultáneamente de igualdad y que los nuevos grupos encontraran  para ello en las Ciencias sociales -- ya fuera Historia, Sociología o Antropología -- un apoyo y no un lamento. Porque  cualquier tiempo pasado no fue mejor.

 

( IV Euskal Soziologia Kongresua- IV Congreso Vasco de Sociología, Bilbao, 1998, pp. 438-441 )

vhuici@bergara.uned.es

 

 

 



[1].- Jorge SEMPRUN relata las dramáticas últimas horas de Halbwachs en su  obra

La escritura o la vida,  Ed. Tusquets, Barcelona, 1995, pp. 54- 57.

[2].- Cfr. v. g.  RAMOS,R. " Maurice Halbwachs y la memoria colectiva " in Revista de Occidente,  num 100, Sept., 1989, pp. 63- 81.

[3].- LASÉN DIAZ, A. " Nota de introducción al texto de Maurice Halbwachs --Memoria colectiva y memoria histórica " , in REIS,  num.69,1995, p. 204.

[4].- Cfr. NAMER, G. " Postface" in  HALBWACHS, M. Les cadres sociaux de la mémoire, Ed. Albin Michel, Paris, 1994,pp. 318-319

[5].- Cfr. NAMER, G. idem supra ,p. 306.

[6].- Henri Bergson recibió el Premio Nobel de Literatura en 1927.

[7].- BERGSON, H.  Essai sur  les donnés immédiates de la conscience  ( EDIC ) , in Oeuvres  , Presses Universitaires de France, Paris,1959-1991,p. 67 .[ Todas las citas traducidas por V. H. ] 

[8].- Idem supra, pp. 73-74.

[9].- Idem supra. p.151.

[10].- Idem supra, p. 151.

[11].-BERGSON,H. La pensée et le mouvant  ( PM ), in op. cit. p.1275.

[12].- Cfr. LUKES, S. Émile Durkheim. Su vida y su obra.  CIS, Madrid,1984,p.75.

[13].- " Si desea perfeccionar su pensamiento, conságrese al estudio de un gran maestro; desmonte las piezas de un sistema, descubriendo sus más íntimos secretos. Es lo que yo hice y mi maestro fue Renouvier " . Comentario de Durkheim a Maublanc, in LUKES, op. cit. p. 55.

[14].- Cfr. HUICI URMENETA, V. " Emile Durkheim y los << elementos principales de la representación >> de Octave Hamelin "  seguido de " Octave Hamelin ( 1856 - 1907 ) y la Representación "  in Skribuak , num. 0 , Mayo,1996, pp. 4-6.

[15].- DURKHEIM, E. Las formas elementales de la vida religiosa   Ed. Akal, Madrid, 1982. p. xii, nota.

[16].- DURKHEIM, E.  La science sociale et l´action   P.U.F., Paris, 1970,p. 101 [ tr. V H U.]

[17].- Cfr. MERTON, R. K.  Teoría y estructura sociales  F. C. E. , México, 1987, p.565.

[18].- Cfr. DURKHEIM, E. Educación como socialización. Ed. Sígueme, Salamanca, 1976, p. 82.

[19].- HALBWACHS, M.  Les cadres sociaux de la mémoire , Ed. Albin Michel, Paris, 1994, p.38 [ traducciones de V. H. U.  mientras no se indique lo contrario]

[20].- Idem supra, p. 64.

[21].- Idem supra, pp. 141-2.

[22].- HALBWACHS, M. La mémoire collective  P. U. F. Paris, 1968, p.108 [ tr. V. H. U. ]

[23].- Idem supra, p. 166.

[24].- Idem supra. p. 127